Agosto 2020. Desde 1990, del 1 al 7 de agosto, se celebra en todo el mundo la semana mundial de la lactancia materna con el objetivo de fomentar esta práctica y mejorar la salud de los lactantes.
Este año el lema es “Apoyar la lactancia materna contribuye a un planeta más saludable”. Esto debido a que la alimentación materna tiene un impacto positivo en el medio ambiente por lo que es un deber de todas la autoridades y personas, sin distinto alguno, promover, apoyar, estimular y fomentar la lactancia materna por los múltiples beneficios que conlleva para la salud del planeta y su gente.
De nada sirven las políticas públicas, restricciones, protocolos y medidas, si no acatamos debidamente las recomendaciones por las entidades sanitarias.
Todos unidos por la causa
La Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y múltiples organizaciones como WABA (Alianza Mundial de la Lactancia Materna), Organización Panamericana de la Saludo (OPS), la Liga de la Leche, los Ministerios y los servicios de Salud de los cinco continentes, entre otros, hacen un llamado muy fuerte para promover y apoyar la lactancia materna por sus múltiples beneficios para el niño/a, la mamá y el planeta.
Beneficios para el bebé:
- • Son bebés más sanos e inteligentes (la leche materna tiene ingredientes esenciales para el desarrollo óptimo del cerebro).
- • Disminuye el riesgo de muerte súbita.
- • La lactancia disminuye el riesgo de enfermedades gastrointestinales, respiratorias, urinarias y otitis.
- • Potencia la inmunidad.
- • Disminuye el riesgo de obesidad, diabetes y leucemia.
- • Favorece el desarrollo de la mandíbula y las estructuras de la cara.
- • Reduce el riesgo de enfermedades alérgicas como eccema y asma.
- • Fortalece el vínculo madre e hijo.
Beneficios para la mamá
- • Reduce el riesgo de depresión post-parto.
- • Disminuye la posibilidad de enfermar por anemia.
- • Ayuda a recuperar el peso previo al embarazo.
- • Disminuye el riesgo de cáncer de seno, de ovario y el riesgo de osteoporosis después de la menopausia.
La leche materna es un recurso natural que no contamina y protege el medio ambiente. Viene sin empaque por lo que o genera basura ni residuos como latas, plástico o vidrio. No necesita producirse con tratamientos especiales (pasterización, evaporación, etc.) por lo que no requiere gasto energético. En su elaboración no hay emisiones de CO2 como sucede con la leche “maternalizada” proveniente de las vacas.
Las mujeres con senos pequeños no pueden amamantar. Las mujeres con pechos grandes dan más leche.
FALSO: el tamaño de las glándulas mamarias no influye en la lactancia.
Es necesario desechar el calostro porque es antihigiénico. Es amarillo porque es leche “represada”
FALSO: el calostro contiene elementos únicos que fortalecen el sistema inmune del niño/a . UNICEF lo define como una vacuna natural para el bebé.
La leche materna no se puede guardar en la nevera porque pierde sus propiedades.
FALSO: la leche materna correctamente extraída y almacenada conserva sus nutrientes. Algunos creen, sin embargo, que al congelarla puede perder la carga inmunológica. Sin embargo, siempre será mejor una leche materna -aunque lleve tiempo refrigerada- que una leche de fórmula.
Hay que dejar mucho tiempo entre cada toma para que la leche sea de calidad y se deben consumir ciertos productos o hierbas para aumentar su producción.
FALSO: la leche se produce conforme la consume el bebé o es extraída. No hay productos que aumenten su cantidad, aunque sí se recomienda consumir más agua o líquido para compensar las necesidades de la madre. Tomar leche no aumenta ni disminuye la cantidad de producción. Ningún mamífero toma leche para producir leche.
Hay mujeres que no pueden lactar. Las que tienen pezones muy pequeños o invertidos, por ejemplo.
FALSO: salvo contadas excepciones toda madre puede amamantar a su hijo. Si tiene pezones muy pequeños y el bebé no lo puede agarrar, existen pezoneras que ayudan con esta función, igualmente cremas que pueden ayudar cuando se presentan pequeñas heridas o agrietamientos, ocasionados en general por el mal agarre al momento de la succión.
El niño que se acostumbra al biberón podrá rechazar el pecho.
VERDADERO: tomar de un chupete es más fácil para el bebé que succionar del seno. Por tanto, si se quiere prolongar la alimentación materna lo ideal es realizarla por el mayor tiempo posible de manera exclusiva y después alternar entre pecho y tetero, ojalá con leche materna.