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    Cirrosis hepática: ¿qué es? y ¿qué consecuencias trae cuando es mal manejada?

    La cirrosis hepática es una enfermedad crónica progresiva que afecta al hígado. Se caracteriza por la presencia de cicatrices (fibrosis) y alteración, tanto funcional como vascular, de este órgano. Actualmente, la cirrosis representa un importante problema de salud pública, ya que es la principal causa de muerte de todas las enfermedades que afectan al hígado.
    Esta patología se considera como una enfermedad curable y prevenible siempre y cuando se modifique el estilo de vida. Su aparición se debe principalmente al consumo de bebidas alcohólicas o por infecciones virales como hepatitis B y hepatitis C. Por esta razón, se debe disminuir el hábito de consumo de alcohol, así como tener la vacunación al día.

    La cirrosis hepática, por lo general, no da señales hasta que la lesión se hace peor y muy grave. En sus primeras fases es asintomática pero con el paso del tiempo y a medida que evoluciona el cuadro, pueden aparecer las primeras manifestaciones. Estos signos son los que hacen al paciente acudir a la consulta médica. Algunos de los síntomas son:

    • Ictericia: coloración amarillenta de la piel y de las mucosas.
    • Sangrado visceral caracterizado por la presencia de hemorragia digestiva superior.
    • Presencia de una masa hepática dura en el abdomen.
    • Ascitis: acumulación de líquido en el abdominal.
    • Fetor hepático: consiste en un olor dulce y de carácter frutado en el aliento del paciente.
    • Desarrollo de encefalopatías: Se caracteriza por la aparición de confusión mental, alteración en el ciclo del sueño, somnolencia y disminución de la atención, alteración en el estado de conducta, coma, alteración de los reflejos y el tono muscular, estados convulsivos, sensación de hormigueo o pinchazos en brazos, manos, piernas o pies.

    Hoy en día, existen métodos de diagnóstico de alta especificidad para determinar los casos de cirrosis hepática. Así mismo, existe tratamiento farmacológico y quirúrgico. Estos tratamientos tratan de disminuir los daños producidos por el alcohol o las infecciones virales. No obstante, a pesar de estos métodos, existen múltiples complicaciones asociadas a esta enfermedad las cuales afectan negativamente la calidad de vida de la persona. Algunas de ellas son:

    • Ascitis, definida como la acumulación de líquido en el abdomen. Esta es la principal complicación de la cirrosis.
    • Desarrollo del síndrome hepatorrenal, el cual aparece cuando los riñones dejan de funcionar en personas con problemas hepáticos graves. Esto, a su vez, conlleva a una menor eliminación de orina del cuerpo, así que las toxinas se acumulan en el torrente sanguíneo.
    • Hipertensión portopulmonar: sensación de ahogo o problemas al respirar.
    • Síndrome hepatopulmonar: dilatación de los vasos sanguíneos pulmonares que provoca que la sangre transporte menor cantidad de oxígeno.
    • Aparición de varices esofágicas.
    • Hemorragia digestiva superiorel, uno de los síntomas más graves de esa enfermedad.
    • Alteraciones en la coagulación sanguínea, las cuales pueden detectarse mediante pruebas que evalúan el tiempo de coagulación hemático, como lo son el Tiempo Parcial de Tromboplastina (TPT) y el Tiempo de Protrombina (TP).
    • Coma hepático: pérdida de la función cerebral cuando se daña el hígado y no elimina toxinas de la sangre.

    La mayoría de estas complicaciones se deben a un diagnóstico tardío del cuadro clínico de cirrosis hepática. También suelen aparecer debido a una falta de compromiso del paciente con el tratamiento planteado por el profesional de la salud. Debido a esto, un gran número de pacientes diagnosticados con esta patología evolucionan negativamente hasta los estados finales de la enfermedad, momento en el que aparece el estado de choque en la persona, el cual se caracteriza por un cuadro clínico de hipotensión severa del paciente.

    Para concluir, cabe mencionar que la cirrosis es una enfermedad fácil de prevenir. Es necesario realizar modificaciones favorables en el estilo de vida de la persona. Así mismo, acudir a consulta con una periodicidad frecuente para el diagnóstico temprano y tratamiento adecuado de esta patología. Con esto, el pronóstico y calidad de vida de la persona mejora considerablemente, a diferencia de aquellas que optan por seguir con su patología sin ningún tratamiento.

    Jorge Gonzáles
    Médico Cirujano
    Matrícula: 117655