¿Qué es la hipertensión arterial? Descubre su importancia

La tensión arterial se define como la presión que ejerce la sangre sobre los vasos sanguíneos y es esencial para que la sangre pueda cumplir su función de llevar el oxígeno a todos los tejidos del organismo, así como los nutrientes que se necesitan para mantener correctamente su actividad.

¿Cómo se mide la presión arterial?

La presión arterial se mide en milímetros de mercurio y se expresa en dos cifras. El número más alto se conoce como presión sistólica, que es cuando el corazón bombea la sangre hacia las arterias y se encuentra contraído y el número más bajo se conoce como presión diastólica, que es cuando el corazón se encuentra relajado entre un latido y otro.

Las cifras normales de tensión arterial están en el rango desde 90/60 hasta 130/90 mm de mercurio, lo que se denomina normotenso. Si los valores de tensión arterial se encuentran por encima de 140/90mm de mercurio se denomina hipertenso y requiere atención médica, cambios de hábitos de vida y tratamiento farmacológico dependiendo del caso.

Tipos de hipertensión

Primaria o esencial

La que se presenta de manera normal a medida que envejecemos. Esta no tiene cura, razón por la cual las medidas que se tomen, sean farmacológicas (medicamentos) o no, se deben mantener de por vida.

Secundaria

La que es ocasionada por otras condiciones médicas o por el consumo de algunos medicamentos.

La toma de medicamentos y los cambios en el estilo de vida, son medidas que se toman para controlar la tensión arterial y reducir al máximo la incidencia de las complicaciones cardiovasculares y cerebrales que puede acarrear el mantener la tensión arterial alta.

¿Qué complicaciones se pueden presentar si no se controla la hipertensión?

• Infarto al corazón: La presión arterial alta puede causar endurecimiento y engrosamiento de las paredes de las arterias (aterosclerosis). Al engrosarse dichas paredes se dificulta que los vasos cumplan con la función de transportar la sangre al corazón ocasionando los infartos.
• Accidente vascular cerebral: Si las paredes de los vasos que conducen la sangre al cerebro se endurecen y engrosan, pueden suceder varias cosas. Si el vaso se tapona complemente se denomina isquemia, si el taponamiento se produce por la presentación de un coagulo de sangre se denomina trombosis cerebral y si el vaso se rompe se denomina hemorragia cerebral. Cualquiera de estas complicaciones puede generar consecuencias incapacitantes o incluso la muerte de los pacientes.
• Insuficiencia cardiaca: Si la irrigación de sangre al corazón es escasa, el corazón debe realizar un esfuerzo mayor para bombear la sangre al resto del cuerpo. Esto hace que las paredes del corazón también presenten un engrosamiento y éste como musculo pierda efectividad por contracción.
• Falla renal: La función principal de los riñones es filtrar la sangre manteniendo un balance hidroelectrolítico en el organismo. Cuando se reduce el flujo de sangre a los riñones, estos secretan una sustancia llamada renina que provoca que los vasos del organismo se contraigan aún más, en un intento de aumentar el flujo sanguíneo, provocando así el aumento de la tensión arterial.

Tratamientos farmacológicos y no farmacológicos

Es importante seguir al pie de la letra las indicaciones de tu médico tratante. Estas pueden incluir las siguientes recomendaciones.

Tratamiento farmacológico

• Medicamentos diuréticos: medicamentos que aumentan la eliminación de líquidos y por lo tanto reducen el volumen sanguíneo y disminuyen la presión de la sangre en los vasos.
• Medicamentos vasodilatadores: aquellos que producen relajación de las paredes de los vasos sanguíneos, permitiendo que se reduzca la presión sanguínea.
• Inhibidores de la Enzima Convertidora de Angiotensina ECA: medicamentos que actúan en la hormona de angiotensina, encargada de realizar la contracción de los vasos. La inhibición de la hormona no permite dicha contracción.
• Bloqueador de los receptores de angiotensina: no permiten que la angiotensina sea captada por los receptores específicos, evitando así el aumento de la tensión arterial, entre otros.

Tratamiento no farmacológico

• Cambios en la dieta, reducir el consumo de sal.
• Aumentar la ingesta de frutas y verduras y el consumo de ácidos grasos Omega 3 y 6.
• Realizar actividad física regular, con una frecuencia no menor a tres (3) veces a la semana y con una duración mínima de 20 minutos.
• Reducir los niveles de estrés.
• Bajar de peso.

Si sufres de tensión arterial alta te recomendamos asistir a todos tus controles médicos, medir tu tensión arterial, preferiblemente con un tensiómetro en casa, y tomar los medicamentos a la hora y en la cantidad indicadas por tu médico tratante. Ten en cuenta que no debes automedicarte.

Laura Jimena Ospina
Química Farmacéutica