Al igual que el motor de un carro, el correcto uso y mantenimiento que le des a tu corazón, va a depender su funcionamiento o a menos que exista una enfermedad de base que impida su adecuada operatividad; ésta dependerá de dos factores primordiales: dieta (entendiéndose como hábitos alimenticios) y ejercicio.
En el caso de la ingesta de alimentos, no sobra decir que es vital una alimentación balanceada y rica en nutrientes; sin embargo, por nuestro ritmo de vida acelerado pocas veces prestamos la suficiente atención y tiempo a lo que comemos y cómo comemos.
Aquí te damos algunos tips para tener en cuenta en tu alimentación y favorecer la salud de tu corazón:
- Reduce las porciones y evita el sobrepeso.
- Consume frutas y vegetales frescos, al menos cinco (5) porciones diarias.
- Incluye en tus hábitos alimenticios, cereales integrales como arroz integral, avena, etc, que aporten un adecuado contenido de fibra insoluble a tu organismo, así como semillas de girasol, chía, linaza, entre otras.
- Reduce al máximo el consumo de grasas saturadas (de origen animal) y grasas proinflamatorias (aceites vegetales ultra procesados), opta por opciones más saludables en la cocción de los alimentos como el aceite de oliva, el aceite de coco, etc.
- Varía tu comida utilizando fuentes de proteína vegetal (lenteja, frijol, etc.) y animal baja en grasa.
- Reduce la cantidad de sal y evita alimentos como embutidos, enlatados o encurtidos que tienen altas cantidades de este elemento.
- ¡Diviértete! Crea menús semanales o mensuales en los que incluyas alimentos de todos los colores como una manera de garantizar el consumo óptimo de vitaminas, minerales y oligoelementos.
- Dedica tiempo a comer.