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¿Qué tanto aportamos al consumo responsable?

01/04/2020

Abril 2020. En esta época de aislamiento debemos permanecer en casa como medida de prevención contra el contagio del coronavirus (COVID-219). Por esta razón, nos hemos visto en la obligación de cambiar rápidamente nuestros hábitos de vida, de estudio y trabajo, así como las formas de interacción social y hasta nuestras tendencias de consumo. Las rutinas han variado drásticamente, más rápido de lo esperado y casi que en un abrir y cerrar de ojos, nos hemos visto obligados a permanecer a puerta cerrada, en momentos tan decisivos para controlar esta pandemia.

En estos días en los que parece que el tiempo se extiende y las horas se duplican al quedarnos en casa y no tener que desplazarnos de un lado a otro en medio de los trancones o trayectos largos, es propicio reflexionar sobre la crisis actual, y sobre cómo nuestros patrones de consumo tienen repercusiones en la salud, en el bienestar de nuestra familia y comunidad, así como en el mundo que le estamos dejando a las generaciones futuras.

Para empezar, los objetivos de desarrollo sostenible señalan que el consumo responsable consiste en fomentar el uso eficiente de los recursos, de tal manera que se reduzca el impacto económico, social y ambiental. En nuestra vivencia, ¿hemos pensado cómo este tema nos involucra y qué tanto aportamos al consumo responsable? O, al contrario, ¿qué daño le hacemos a nuestro cuerpo al consumir alimentos que perjudican nuestra salud, o adquiriendo productos que por demás no necesitamos y que a la hora de la verdad no son una necesidad sino una moda del momento?

Sólo el 3% del agua en el mundo es potable y los seres humanos la consumen más rápido de lo que la naturaleza demora en reponerla

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sólo el 3% del agua en el mundo es potable y los seres humanos la consumen más rápido de lo que la naturaleza demora en reponerla. A nivel mundial, 2.000 millones de personas sufren de obesidad y cada año se desperdician más de 1.300 millones de toneladas de alimentos mientras casi 2.000 millones de personas padecen hambre o desnutrición. Es preciso alimentarnos bien, sanamente y sin necesidad de desperdiciar la comida. En materia energética, si todas las personas utilizaran bombillas de bajo consumo, el mundo ahorraría US$ 120 mil millones anuales.

Si todas las personas utilizaran bombillas de bajo consumo, el mundo ahorraría US$ 120 mil millones anuales.

Como seres humanos debemos hacer un alto en el camino para que actuemos desde el lugar en el que estamos y el rol que ocupamos, para identificar aquellos objetos que muchas veces ni recordamos que tenemos y que pueden estar guardados en el último rincón de nuestra casa, con el fin de usarlos para lo que se requieren y no fomentar la compra de productos innecesarios.

De cada uno de nosotros depende darle un sentido a nuestra existencia cuidando nuestro planeta, porque la calidad de vida no necesariamente va de la mano de un nivel de consumo desmedido. Al contrario, nuestra salud y bienestar depende de nuestro consumo responsable ahora.


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