La mayoría de las sociedades son patriarcales y es muy común que el hombre controle a la mujer, es por eso que el empoderamiento femenino plantea la necesidad de modificar los valores y la estructura que por años ha permitido conservar la subordinación femenina.
Con el empoderamiento femenino, la mujer adquiere un mayor control sobre su vida, su cuerpo y su entorno. Esto abarca diferentes aspectos como la libertad de movimiento, la autonomía, los procesos de decisión, el acceso a recursos económicos, la ausencia de violencia contra ella, el acceso a la información y la igualdad jurídica. Todo esto ha permitido que la mujer tenga más control sobre sí misma y sobre su propia vida, pues cuenta con mayor conocimiento y mayor capacidad para la toma de decisiones.
Se ha demostrado que las mujeres que usan métodos anticonceptivos tienen mayor probabilidad de acceder al mercado laboral, lo que le brinda un mayor poder adquisitivo y la capacidad de mejorar su propia economía y la de su familia. Esto se debe en parte a que, gracias a la planificación familiar, las mujeres pueden decidir el número de hijos que quiere tener y el momento en el que los tendrá, en función de su situación laboral y familiar. Es decir, toda mujer capaz de planificar su familia tiene a la mano las herramientas para organizar su vida.